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'No voy a traicionar mis principios jurídicos'

Entre los 47 votos que aprobaron la reforma a la Ley Orgánica Judicial no está el de un diputado de Arena, Guillermo Ávila Qüehl, quien una vez aprobado el dictamen explicó que a su juicio el decreto dejará maniatada a la Sala de lo Constitucional y atenta contra la institucionalidad.


Jueves, 2 de junio de 2011

Minutos antes de que los diputados de Arena, Gana, PCN y PDC reformaran con 47 votos la forma en la que la Sala de lo Constitucional sentencia las inconstitucionalidades, el diputado Ávila Qüehl pidió que lo relevara un suplente. 'Yo desapruebo lo que aprobó la Asamblea, va en detrimento de la institucionalidad', dijo posteriormente.

Ávila Qüehl, abogado de profesión y secretario de asuntos jurídicos de la presidencia de Armando Calderón Sol (1994-1999), preside la comisión de legislación y puntos constitucionales del parlamento y considera que su lealtad al partido se mantuvo intacta cuando comunicó que estaba en contra de lo que su fracción iba a aprobar. 'Le dije a mi jefe de fracción (el diputado Donato Vaquerano) que no podría quedarme callado en el pleno después de que lo aprobaran'.

En esta entrevista explica que a pesar de que él no ha estado a favor de algunas de las sentencias de la Sala de lo Constitucional, si se le exige unanimidad se entorpecerá el trabajo de esta.

¿Pide al presidente Mauricio Funes que vete esta reforma?
El presidente tendrá sus asesores que le dirán si lo considera inconstitucional o inconveniente, yo no puedo pedirle eso al presidente. Habrá que hacer su valoración.

¿Le parece que es un mensaje directo al trabajo de cuatro magistrados de lo Constitucional a excepción de Néstor Castaneda?
Pues definitivanente que modifica el quehacer de la Sala. Ahora, lograr unanimidad solo sería para cuando sería tan obvia una inconstitucionalidad, pero para mí el inconveniente es que todos se convierten en votos de oro, en el sentido de que cualquiera de los magistrados puede vetar al no estar de acuerdo con algo. Entonces, no es conveniente. Para eso hay un régimen, en una sala grande de cinco miembros, la ley establece cuatro votos para las inconstitucionalidades y tres votos para las demandas de amparo y hábeas corpus. Eso siempre va a continuar con tres, pues, pero la unanimidad para la inconstitucionalidad es… bueno… la mayoría de las últimas de la resoluciones de la Sala han sido con cuatro votos. Prácticamente, imagínese, si se quiere unanimidad, prácticamente no habría habido sentencias para los temas que ya se resolvieron. Sí, va con dedicatoria a esta Sala.

Algunos dicen que esta decisión atenta contra el derecho al disenso y contra el debate y que se está obligando a que todos los magistrados piensen de la misma manera.
Esa es la cuestión, claro, en nada favorece a la institucionalidad. Como que si la Constitución estableciera que nosotros los diputados necesitamos unanimidad para X o Y temas. Para eso es que hay mayorías simples y calificadas, nosotros tenemos ese régimen, raras veces la unanimidad.

¿Le parece válido el argumento de que se quiere homologar la manera de resolver en la Sala de lo Constitucional, como resuelven las otras salas?
La verdad es que a mí no me parece válido, mi condición de abogado no me permite estar de acuerdo con esto. Primero, esta es una Sala donde se está juzgando legislación que puede ir en contra de la Constitución. La Sala también es la encargada de los hábeas corpus, es decir, cuando hay una detención ilegal para un ciudadano; también el amparo que viola derechos constitucionales, por lo tanto, lo que juzgan las otras salas son cuestiones más particulares. Además, las otras son salas de muchos menos miembros, tiene la Sala de lo Civil y de lo Penal donde solo son tres miembros, y la Sala de lo Contencioso son cuatro. Por otro lado, usted ve que la Sala de lo Civil y de lo Penal usted quiere la unanimidad porque conoce de resoluciones que vienen de un juez de Paz, de un juez de Instrucción, de un tribunal de Sentencia, la Cámara, hasta llegar a la casación civil o casación penal porque entonces para esos casos sí se requiere la unanimidad para cambiar alguna resolución que ya pasó por instancias anteriores, mientras que es un recurso extraordinario de sujeción a constitucionalidad. Pero siempre ha sido así, la Ley Orgánica Judicial siempre ha contemplado ese esquema. Así que yo en este tema desapruebo lo que aprobó la Asamblea.

¿Su posición es al margen de su conformidad con otras sentencias de la Sala?
Indudablemente hay unas que yo no comparto, pero con esto lo que estamos buscando es que no haya resoluciones de la Sala.

¿Habría exceso de mora?
No es tanto como una mora, porque estos venían saltándose la burra, como dicen, pero el gran problema es que al final lo que uno quiere de ciudadano que puede interponer un recurso es que le resuelvan, y bajo este método, prácticamente las resoluciones solo van a ser unánimes solo cuando sean unas grandes barrabasadas donde los cinco coincidan, pero acuérdense que el derecho es bien interpretativo, la Sala de lo Constitucional es la que establece la jurisdicción y el control constitucional, mucho de eso es interpretación, entonces, interpretar los cinco exactamente lo mismo no deja de ser una cosa utópica. No estoy de acuerdo con lo aprobado, creo que va en detrimento de la institucionalidad.

Rodolfo Parker dice que es una manera de ponerle los contrapesos adecuados a la Sala de lo Constitucional porque está violando la Constitución con sus últimas resoluciones.
Ese es un criterio muy particular de él. Hay cosas en las que yo no estoy de acuerdo, pero no quiere decir que no debo respetar, una resolución fundamentada y donde se interprete la Constitución. ¡Alguien debe interpretar la Constitución! Si para eso está, entonces, pedir unanimidad es ponerle esposas a la Sala.

¿Esto lo va a canalizar dentro del partido?
Mire, antes de diputado tengo mi criterio de abogado. No puedo ir en contra de mi formación y mi creencia de lo que es el derecho, ¿verdad? Mi formación profesional me lleva a eso y no voy a traicionar mis principios jurídicos. Mi lealtad hacia el partido va en el sentido de que les dije que yo votaría en contra, yo no quiero crear problemas en el partido, “pónganme un sustituto, pues”, les dije. Y me pusieron un sustituto, pero yo tengo la libertad de expresar mi criterio. Usted ve el artículo 125 de la Constitución en donde dice que nosotros no tenemos mandato imperativo, a mí no me puede ordenar el partido de que me guste o no me guste tengo que votar. Una cosa que yo no comulgo y es una cosa de fondo no lo voy a hacer. Yo no le reclamo nada a mi partido pero tampoco el partido que me reclame a mí por tener mi posición independiente como ahorita. Cuando vi que iban a pedir esa dispensa de trámites e iban a votar por el fondo de lo solicitado, me presenté a mi jefe de fracción, y le dije que “no votaría por eso, no me podría quedar callado en el pleno, tendría que pedir la palabra para evitar esa situación”. Con toda solvencia moral puedo decir que yo no estoy de acuerdo con ese decreto, y no debo tener ninguna consecuencia.

Guillermo Ávila Qüehl. Foto Asamblea Legislativa
Guillermo Ávila Qüehl. Foto Asamblea Legislativa

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