El sol calentó las primeras horas del lunes y las calles seguían luciendo inusuales. En la Rubén Darío, Roxana Domínguez comenzaba su travesía aferrada al carretón en el que cada jornada vende atoles. En su puesto de pupusas cerca de Catedral, Lorena García tenía la plancha lista, la masa molida y las manos palmeando desde las cuatro y media de la mañana. Pero el día era diferente. Puede que fuera el primero de muchos días diferentes. El plan de reordenamiento del centro de San Salvador puesto en marcha por el Gobierno obliga desde el domingo 13 a que las rutas de buses circulen fuera del casco histórico y el lunes, aunque la presencia de los puestos de venta volcados sobre aceras y orillas de las calles seguía dando el tradicional aspecto caótico a las avenidas que confluyen en la plaza Barrios, se respiraba la paz de una ausencia, la de los motores más ruidosos y los escapes más contaminantes.
Pero los buses y microbuses se habían llevado consigo a los transeúntes que compraban un bocadillo cada mañana, y la idea de trasladarse también ellas, en busca de los clientes, ya comenzaba a calar en la mente de las vendedoras.
“Es bonito, pero la gente se baja más lejos y ya casi no pasa por aquí. Rodean el centro, y eso hace que la venta sea más lenta”, comentó Lorena, repentina partidaria ahora de reubicar su puesto de pupusas. “Se trata de ir a buscar dónde está pasando la gente para ver si ganamos algo. Sería bueno que nos ubiquen donde haya movimiento”.
Carolina Ramírez, directora general del desarrollo municipal de la Alcaldía de San Salvador, se queja de que el Ejecutivo no consultó con la comuna el plan de reordenamiento del centro capitalino que dio inicio el domingo, reclama que se lo dieron a conocer solo cinco días antes de ejecutarlo y que el Viceministerio de Transporte (VMT) no estuvo dispuesto a retrasar la fecha de entrada en vigor para coordinar acciones con la comuna, pero aun así aclara que la migración de los vendedores es un aspecto que su departamento ya ha previsto. Asegura que la Alcaldía se reunió la semana pasada con representantes de los vendedores y acordaron respetar las zonas que hoy ocupan, sin tomarse los carriles de la calle que han dejado libres las unidades de trasporte público.
Las autoridades municipales esperan también que haya un desplazamiento de las zonas con mayor índice de delincuencia, y la disminución paulatina del número de indigentes, cantinas y prostíbulos en el centro, a raíz de la nueva presencia de buses y pasajeros en calles que solían ser solitarias.
Arterias como la Alameda Juan Pablo II y la zona del Ex Cine Apolo han recibido a las unidades de transporte público desplazadas desde el centro. Las rutas de retorno asignadas a los conductores por el plan de reordenamiento convergen en la misma zona.
Ayer, muchos usuarios preguntaban a los oficiales de Policía ubicados en cada esquina de la zona centro y a los colaboradores de la Alcaldía de San Salvador distribuidos en la zona de losnuevos recorridos cuáles eran las nuevas paradas de bus y cómo llegar hasta ellas. La respuesta en muchos casos venía acompañada de un mapa preparado por el Viceministerio de Trasporte, en el que aparecen marcadas la zonas bloqueadas y los nuevos trayectos de las rutas del trasporte público.
Aun así, para muchos era todo un desafío interpretar el mapa. Una vendedora ambulante que tiene veinte años de viajar desde San Luis Talpa, en Olocuilta, hasta el centro de la capital para vender semillas de marañón, aprovechó la grabadora para expresar su descontento, aunque con actitud desconfiada rehusó dar su nombre: “Ahí anda de abajo para arriba preguntando uno, y es que esos papeles que dan uno ni los entiende nada. Yo les dije a mis hijos que me lo leyeran, y tampoco entendieron. Sé leer y escribir un poco, pero no lo entiendo.”
Luis Escamilla, Director General de Tránsito, aseguró el domingo que el reparto de mapas orientativos iniciaría durante el trascurso de la mañana del lunes, pero al mediodía los agentes policiales y todos los colaboradores solo tenían en sus manos una versión preliminar que no incluía el detalle de dónde tiene nueva parada cada ruta. Representantes de la Sub Secretaría para Asuntos Estratégicos de la presidencia reconocieron a El Faro que las autoridades tuvieron “inconvenientes” con la impresión.
Escamilla adelantó que los nuevos mapas dividen el centro en cuatro sectores específicos para adecuarse a las necesidades específicas y las rutas de transporte habituales de cada persona.
Estos sectores son la zona Sur, por donde transitan las rutas que van para San Jacinto, San Marcos y el Aeropuerto de Comalapa; la zona Poniente, en las cercanías del Parque Gerardo Barrios y el Parque Bolívar; la Nororiente, por donde transita la ruta 38; y la zona cercana al ex Cine Apolo.
