Nacionales / Desigualdad

Tsunami por terremoto en Japón no golpeó la costa de El Salvador

La alerta por tsunami declarada en El Salvador a raíz del terremoto de 8,9 grados que azotó Japón la noche del jueves se anuló a las 6 de la tarde del viernes. Las costas de Hawai, California, México y Ecuador recibieron oleajes por encima de lo habitual. Las autoridades niponas estiman cientos de muertes y decenas de miles de evacuados por el sismo, que causó fugas radioactivas en una central nuclear.


Viernes, 11 de marzo de 2011
AP/ El Faro

 

A las 6:00 pm del viernes Protección Civil levantó la alerta por amenaza de tsunami que había decretado horas antes, a raiz del terremoto de 8.9 grados Ritchter que azotó a Japón la noche del jueves. El ministro de Gobernación, Humberto Centeno,ya había advertido por la mañana que la dimensión de un posible tsunami en las costas salvadoreñas dependería del impacto del mismo en Hawai y otros países. El temor de que el sismo desencadenara un desastre en la costa pacífica del continente americano se disipó cuando las primeras olas causadas por el sismo llegaron a territorio mexicano con solo 70 centímetros de altura.

Al llegar las 3 de la tarde con 56 minutos, la hora prevista para que el oleaje llegara a las costas salvadoreñas, un equipo de El Faro confirmó en Puerto de La Libertad que el oleaje se mantenía normal y las actividades pesqueras se realizaban sin novedad a pesar de la advertencia de las autoridades, que ante la alerta emitida por Japón habían suspendido las clases en la zona costera y pedido la interrupción de la pesca artesanal.

Ya por la mañana el presidente Mauricio Funes había adelantado en conferencia de prensa que no se esperaba más que un oleaje “alterado”. “Se esperaría que a las cuatro de la tarde, el oleaje, a lo sumo se incremente en 45 centímetros, un poco menos de medio metro, lo cual no representa ningún riesgo para la población que vive en la costa y sobre todo para las embarcaciones que en forma permanente se encuentran en aguas salvadoreñas”, dijo el mandatario.

El ministro de Medio Ambiente, Germán Rosa, también había advertido que se esperaba un oleaje que no superaría los dos metros. “No esperamos tener un problema de que vayan avanzar las olas, que se vayan a internar', dijo.

El tsunami desencadenado por el terremoto, considerado por los expertos como el más poderoso en la historia de Japón, sí golpeó la costa oriental nipona, donde olas superiores a los 10 metros causaron la muerte de cientos de personas y arrastraron botes, vehículos y casas, además de provocar varios incendios que al cierre de esta nota permanecían fuera de control. El terremoto se registró a las 14:46 de la tarde del viernes , hora local (cerca de media noche del jueves en El Salvador) y vino seguido por más de 50 réplicas, en su mayoría con una magnitud superior a 6,0.

La policía japonesa dijo que se han encontrado al menos entre 200 y 300 cadáveres en la ciudad costera de Sendai, en el noreste del país. Según las autoridades, está confirmada también la muerte de 110 personas en otras localidades y más de 350 desaparecidos. La cifra total de víctimas se estima superior al millar.

El sismo dañó también los sistemas de enfriamiento de al menos cinco reactores en la planta nuclear de Fukushima, que se encuentra en estado de emergencia. Ante indicios de que se ha producido una fuga radioactiva, las autoridades han ordenado la evacuación de cerca de 45,000 personas en un radio de 10 km a la redonda. En algunas zonas de la planta, los niveles de radiación registrados el viernes por la tarde superan mil veces lo normal.

En América Latina, países como Ecuador ordenaron evacuar poblaciones enteras y suspendieron operaciones petroleras y marítimas ante el riesgo de tsunami. Pero cuando el oleaje derivado del terremoto llegó a Hawai y después a México se determinó que no causaría efectos devastadores y el presidente Rafael Correa, que incluso llegó a decretar estado de excepción, matizó: “las probabilidades de un tsunami fuerte como se calculaba... van a ser solo una marejada”.

Un grupo de estudiantes uruguayos que vacacionan en islas del archipiélago de Hawai reportó a sus parientes en Montevideo que el oleaje no provocó ningún daño y ellos se encontraban sin novedad. Adriana Benedicto, madre de uno de los estudiantes, dijo a la página digital Observa de Uruguay que la última vez que se comunicó con su hijo le comentó que los llevaron a refugiarse “a una universidad en la parte alta de la isla, en Honolulu”. “El agua llegó pero muy poco, así que espero que los dejen volver al hostal en la noche y poder comunicarme con ellos”, dijo la mujer.

Casi simultáneamente, las autoridades mexicanas informaron que la onda de impacto del sismo en Asia llegó con una demora de 45 minutos respecto a lo que inicialmente calculaban y provocó olas de un tamaño máximo de 70 centímetros, las cuales después de unos minutos solo decrecieron, según el vocero de la Secretaría de Marina, contralmirante José Luis Vergara.

Ensenada, en la península de Baja California, fue el primer lugar de Latinoamérica a donde llegaron a las 11.30 horas las primeras olas a causa del terremoto en Japón. La Coordinadora de Protección Civil de México, Laura Gurza, consideró que la levedad del impacto era “un escenario positivo”, pero advirtió: “es importante no bajar la guardia”.

Correa había ordenado evacuar los habitantes de las Islas Galápagos y de toda la región costanera y la policía ecuatoriana desplegó a 12,800 agentes para ayudar en esa actividad y resguardar los bienes de quienes dejaran sus moradas. La Dirección de Aviación Civil suspendió operaciones en los aeropuertos ecuatorianos de Esmeraldas, Manta Manabí y Galápagos, donde también se cerraron todos los sitios de interés del archipiélago para proteger a los turistas y evacuar a las comunidades locales hacia zonas altas.

En Chile, el presidente Sebastián Piñera había advertido que la población no se alarmara y asistiera con normalidad a sus trabajos y escuelas, pues de avizorarse algún peligro habría tiempo para reaccionar. El capitán Atilio Aste, responsable del Sistema Nacional de Alerta de Tsunami de la Marina Guerra del Perú, informó a la radio RPP de Lima que las olas que llegarán serían “de baja altura”, aunque no descartó que cobrarán dimensiones inesperadas.

Ante la eventualidad de un desastre, el director de Defensa Civil, Guillermo Alvizuri, informó que en zonas costeras peruanas hubo pobladores que decidieron abandonar sus casas como precaución y el ministerio de Educación suspendió clases en zonas cercanas al mar de 10 regiones del litoral.

Medidas similares se adoptaron en Centroamérica. La hondureña Comisión Permanente de Contingencias instó a las autoridades a restringir la navegación y abstenerse de realizar actividades en las playas. El general Mario Perezcassar, jefe de la Defensa Civil de Nicaragua, dijo que emitirán comunicados para que 74 comunidades, habitadas por unas 100,000 personas, supieran del desarrollo de la alerta y recomendó alejarse de las playas. Dijo que unos 3,000 militares y policías nicaragüenses estaban listos para prestar auxilio.

Los presidentes guatemalteco Alvaro Colom y panameño Ricardo Martinelli emitieron mensajes de tranquilidad a sus conciudadanos. Colom dijo en rueda de prensa que el riesgo “puede ser mínimo, pero hay que estar alertas”. El gobernante panameño expresó: “no nos alarmemos”, aunque el sistema de protección civil recomendó a las embarcaciones pequeñas evitar salir a alta mar.

La Comisión Nacional de Emergencias de Costa Rica tampoco esperaba un impacto considerable, aunque como prevención el ministerio de Ambiente hizo cerrar al medio día el acceso del público a los parques nacionales ubicados en la costa del Pacífico.

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