El Ágora /

'Al que no le guste el torogoz es un enfermo'

Su primer trabajo fue a bordo del tren que salía de madrugada en la estación de Ciudad Delgado, allá por los años 40. “Barré bien para no quedarte como barredor”, le dijo un antiguo ferrocarrilero, y hoy, a sus casi 80 años, él  repite esa y otras frases como axiomas de una vida que considera exitosa. Este es el fundador de la empresa Torogoz: el señor Torogoz.

Domingo, 13 de marzo de 2011
Mauro Arias, Patricia Carías y Gabriel Labrador

 

Un mural con frases motivacionales es parte de la decoración de la oficina de Óscar Panameño.
Un mural con frases motivacionales es parte de la decoración de la oficina de Óscar Panameño.

¿Ya había estudiado?

Estudié en la noche, después trabajé en la Corte de Cuentas, ahí lo que me hizo falta fue haber sido magistrado.

Je, je, je

Fue un ascenso terriblemente marcado desde que llegué.

¿Cuántos años trabajó ahí?

Cuatro, después pasé a trabajar a Freund.

¿Cómo entró a la Corte de Cuentas? Mire que ahora entrar a la corte de cuentas es complicado.

No, es un tema que no lo quiero hablar, no, no. Antes había dos instituciones en el país en donde era un lujo trabajar: el Banco Central de Reserva y la Corte de Cuentas, eran cosas muy serias, no se entraba así no más, no, no, no. En la Corte de Cuentas se me presentó una oportunidad en Freund y yo tenía todo listo porque me había ganado una beca. Antes había una escuela que se llamaba Escuela de Administración Pública donde ciertos empleados de la administración pública íbamos a estudiar y después estaba la Escuela Superior de Administración Pública. Había una en Costa Rica, otra en Brasil. Entonces, el caso es que yo me gané una beca para ir a Puerto Rico seis meses, pero entonces se me presentó una oportunidad para ir a trabajar a Freund. ¿Qué hubiera hecho usted?

Agarrarla.

Ja, ja, ja, ja. ¿Qué hubiera hecho usted, con toda sinceridad?

A mí siempre me ha gustado más trabajar.

No. Estoy hablando de la oportunidad que le dan de ir a un viaje a Puerto Rico con una beca y le presentan los planes de cambiar trabajo. ¿Qué hubiera hecho?

Si yo fuera joven sí, me fuera.

¿Qué hubiera pasado si yo con el entusiasmo de que me voy para Puerto Rico pierdo la oportunidad de ir a Freund? ¿Qué hubiera pasado? No sería el empresario que soy. Miren qué interesante la forma en que ustedes mismos se contestan, uno tiene que saber escalar su propia escalera de la vida, El libro que yo he escrito se llama “La escalera de mi vida”. Precisamente es eso, trazarse objetivos. Yo le hago una pregunta a usted… ¿Pero por qué le da risa?

Porque ya va haciéndo usted varias preguntas.

¿Qué es lo que ha planificado para los próximos cinco años? ¿Cuántos años tiene usted?

21.

Aja, cuando tenga 26 años, ¿que quiere usted ser?

Tener un postgrado. Estudiar.

¿El qué?

Periodismo.

¿Cómo?

Hum, especializarme en un área.

¿A quién se lo ha dicho?

A mi familia.

¿Está escrito? ¿Está planificado?

Sí.

¿Lo tiene escrito?

No, pero ya empecé a hacer cosas.

No, no, hija no es así. Mire, es mejor una pálida tinta que una brillante memoria.

Proverbio chino.

Sí, muchas veces uno tiene miedo de dar a conocer sus metas, las metas hay que darlas a conocer abiertamente. Yo dentro de cinco años voy a tener un postgrado de periodista calificado así, y se lo dice a él, a él, abiertamente y le dice además “aquí está mi esquema: En 2013 he logrado este peldaño”. ¿Usted es casada?

No.

¿Qué pasa si en estos cinco años usted se enamora y el amor la ciega y sale embarazada? ¿Qué pasa? ¿Donde está su objetivo? Y peor si tiene un niño que el papá ni siquiera lo reconoce. El tiempo es tiempo, no lo puede cambiar. ¿Qué pasa? ¿Dónde va su meta? ¿Dónde está su objetivo? Usted debe pensar en un plan: no enamorarse y si se enamora, no apasionarse porque eso la llevaría a tener un niño que la va llevar a usted a trastornarle el tiempo, esa es la escalera de la vida que hay que planificar.

¿A qué edad se casó? Porque veo que no tuvo tantas novias.

No, creo que fui más baboso que ustedes. Yo me casé a los 21 años porque estaba emocionado. ¿Qué pasó? Un matrimonio fracasado. No tenía la experiencia de saber qué que quería de la vida.

De sus cinco hijos, ¿cuántos son del primer matrimonio?

Tres. Y dos del segundo que son las gemelas. Y todos trabajan en la empresa.

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