Los bárbaros vikingos
Conocidos por su ferocidad, con sus cascos con los dos cuernos, enormes, bigotudos, lanza en mano, cuando los vikingos entraron a la historia se la pasaron azotando pueblos enteros; pero en la vida privada, en la intimidad, sucumbieron al placer de la mantequilla y pasaron a sus descendientes el placer por este producto.
Tanto les gustaba, que los griegos y romanos no la incluyeron en su dieta por considerarla un producto bárbaro, con la acepción más radical de la palabra, pues según ellos de estupenda no tenía nada.
Los vikingos, sin embargo, con sus vacas a cuestas, ajenos a ese desaire, instalaban el gusto por la mantequilla en cada país que colonizaban. El desdén fue largo. La era vikinga finalizó en el año 1100 y la mantequilla entró en Italia tres siglos después.