Microscopio a los asentamientos
Ricardo Valencia
Damaris Orellana tiene 24 años y es una de las facilitadoras comunitarias del Consejo de Seguridad Pública en la comunidad 22 de Abril, de Soyapango. Orellana nos ofrece una vista detallada de los planes del Consejo para intervenir los asentamientos precarios y las valoraciones suyas sobre los frutos de estas intervenciones.
¿Qué es lo que hace usted en su comunidad?
Orellana: Trabajo como voluntaria en el área de prevención. Mi labor es hablar con jóvenes y niños y les pregunto qué les gusta y qué quieren aprender. Hay un taller de arte que se llama pasacalles (zancos). Al principio a algunos jóvenes no les llamó la atención y no participaron. Pero a los que se inscribieron les ha encantado. Hasta jóvenes involucrados con las maras se han integrado. Yo busco que inviertan su tiempo libre en otras actividades y que se mantengan estudiando. Los motivo a que sigan en la escuela y les digo que si yo puedo, ellos pueden. Bastantes jóvenes han empezado a estudiar y han mostrado un cambio radical en sus vidas. El tallerista no enseñó zancos y malabares. Mi otro amigo conoce de fonomímicas. Todos hemos hecho una alianza para que podamos hacer juntos algo. Hemos formado un grupo de arte.
¿Tienen maras?
Orellana: Tenemos un problema de maras y otro con la renta que le ponen a los buses. Últimamente se ha visto disminución de las rentas.
¿Cuáles son los tipos de delitos que se observan en su comunidad?
Orellana: Al menos en las comunidades que conozco, el robo. Homicidios han disminuido. Antes había uno por día. Cuando ampliamos las canchas, empezamos a ver otro tipo de cosas. Los robos se dan siempre por la pobreza. Siempre hay empresas que no le dan trabajo a la gente de las comunidades. He buscado trabajo en instituciones que me han dicho que no me darán porque no dan transporte a mi comunidad por ser violenta.