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2 mil 700 personas denunciaron pederastia clerical en Alemania

En tres días, miles de personas llamaron a un número telefónico habilitado por la Iglesia Católica en Alemania, y la mayoría lo hicieron para denunciar abusos de clérigos contra niños. La información podría terminar en manos de la Fiscalía.

Martes, 6 de abril de 2010
AP

Berlín, ciudad del Vaticano y Minesota, abril 6. Casi 2 mil 700 personas llamaron en Alemania en tres días a un teléfono especial establecido por las autoridades eclesiásticas para denunciar casos de pederastia clerical, dijo el martes un vocero de la Iglesia Católica, mientras en Estados Unidos un abogado manifestó que se propone procesar al mismo Papa, y el Vaticano reaccionó denunciando una campaña de odio contra la jerarquía católica.

En cuanto a las llamadas telelfónicas en Alemania, un equipo de sicólogos y otros especialistas conversaron hasta ahora con 394 personas, desde varios minutos hasta una hora, dijo el vocero de la diócesis de Trier, Stephan Kronenburg. 'La mayoría de los que llamaron denunció casos de abuso sexual', dijo Kronenburg a The Associated Press.

El número telefónico —que entró en funcionamiento el 30 de marzo— recibió unas 13 mil 300 llamadas en los primeros tres días. Kronenburg dijo que eso equivale a unas 2 mil 670 personas, ya que muchas de ellas llamaron varias veces.

La mayoría de los que llamaron fueron personas que dijeron haber sufrido abusos sexuales o eran familiares suyos, e incluso algunos denunciaron abusos físicos, agregó. 'Las delimitaciones entre ambos son con frecuencia muy tenues', reconoció Kronenburg.

La Iglesia Católica en la patria de Benedicto XVI se ha visto sacudida en las últimas semanas por un escándalo de abusos físicos y sexuales y centenares de personas acudieron a denunciar que padecieron esos abusos.

La iglesia alemana decidió establecer un número telefónico adicional de urgencias al aumentar la presión y porque muchas víctimas parecían reacias a denunciar los abusos en sus propias diócesis.

La mayoría de los casos se remontan a años e incluso décadas pasadas y podrían haber prescrito los delitos por esa razón, reconoció Kronenburg. 'El número telefónico especial debería dar a las víctimas una oportunidad para hablar de lo que les ocurrió. A partir de ahí, decidimos qué aconsejarles', agregó Kronenburg a la AP. Si las personas que atienden esos teléfonos se enteran de un presunto caso de pederastia protagonizado por un sacerdote en funciones, alertarán a la diócesis y a la Fiscalía, dijo.

En medio de la intensificación de la tormenta, y a solo días de que el Papa visite Malta, el Vaticano sigue reaccionando contra las múltiples acusaciones, diciendo que se trata de campañas montadas contra la institución.

Ante las acusaciones de que el sumo pontífice ayudó a proteger a por lo menos dos sacerdotes pederastas cuando tuvo a su cargo la arquidiócesis de Múnich, el Vaticano respondió este martes diciendo que los 'ataques' son parte de una campaña de odio que apunta contra Benedicto XVI por su oposición a los casamientos entre personas del mismo sexo y al aborto.

El cardenal español Julián Herranz, titular de la comisión disciplinaria de dignatarios de la Santa Sede, explicó 'el motivo de los ataques', según la Radio del Vaticano, diciendo que 'el Papa defiende la vida y la familia sobre la base del matrimonio entre un hombre y una mujer en un mundo en que grupos poderosos quieren imponer una agenda totalmente diferente'.

El cardenal no identificó los grupos. El Vaticano alude a la defensa de la vida para significar los esfuerzos contra el aborto.

La radio también citó al cardenal italiano Giovanni Lajolo, presidente de la Comisión Pontificia del Estado Vaticano. 'El Papa ha hecho todo lo que podía haber hecho' contra el abuso sexual de menores por parte de clérigos, dijo el prelado, aludiendo a lo que describió como 'odio a la Iglesia Católica'.

Las denuncias de abusos sexuales, como también las acusaciones de encubrimiento por parte de obispos diocesanos y dignatarios del Vaticano, incluso de Benedicto XVI cuando era arzobispo en Múnich y después cardenal, han arreciado en Europa en las últimas semanas.

Los escándalos europeos afloraron después de décadas de casos de abusos en Estados Unidos, Australia, Irlanda y otras partes del mundo de habla inglesa.

Los escándalos incluyen diócesis o establecimientos religiosos en la Alemania natal del pontífice, Suiza, Holanda y otros países de Europa, un continente en el que pretende vigorizar sus raíces cristianas.

Benedicto XVI ha ignorado demandas de las víctimas de que aceptara responsabilidad por lo que consideraron su responsabilidad personal e institucional por no marginar expeditivamente del sacerdocio a los culpables o por lo menos mantenerlos alejados de los niños.

Sin embargo, varios prelados prominentes en el Vaticano han reaccionado contra lo que consideran intentos orquestados por atacar al líder de más de mil millones de católicos en el mundo.

El segundo en jerarquía del Vaticano, el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, indicó a la prensa que Benedicto XVI se mantiene firme. 'Es un Papa fuerte, el Papa del tercer milenio', dijo a los periodistas poco después de su llegada a Chile invitado por los obispos locales.

Abogado quiere procesar al mismo Papa

El Papa tiene previsto visitar Malta a mediados de este mes, donde ya hay varias personas exigiendo que Benedicto XVI pida perdón por los abusos de que fueron víctimas por parte de sacerdotes cuando eran niños. En septiembre, el jerarca católico visitará Gran Bretaña, donde ya hay un debate sobre la posibilidad de que el Papa no tenga inmunidad y, por lo tanto, pueda ser procesado bajo el principio de la justicia universal.

En Estados Unidos, un abogado también tiene en la mira al Papa, a quien le gustaría ver en el estrado.

Jeff Anderson ha presentado miles de demandas denunciando abusos sexuales por parte de sacerdotes y ha ganado millones de dólares para sus clientes, pero no se conforma con eso: su gran objetivo es llevar su campaña contra esos abusos a la cima de la Iglesia Católica.

Le encantaría poder interrogar bajo juramento al propio papa Benedicto XVI. Si bien eso es casi imposible por ser el Pontífice un jefe de Estado, los documentos que ha reunido Anderson son de una fuerza tal que podrían llevar los procesos legales a las mismas puertas del Vaticano.

Los documentos, que cobraron estado público recientemente cuando Anderson se los entregó al New York Times, revelan que una oficina del Vaticano encabezada por el entonces cardenal Joseph Ratzinger suspendió un juicio de la iglesia a un sacerdote de Wisconsin acusado de molestar a unos 200 niños en una escuela para sordos.

'Este es un momento clave, que puede inclinar la balanza', afirma Anderson. El abogado halló los documentos trabajando en uno de varias decenas de procesos contra funcionarios de la iglesia y espera usarlos en una demanda al Vaticano.

Desde 1983, Anderson y los otro cinco abogados de su estudio de St. Paul, Minesota, han demandado a miles de sacerdotes, obispos y diócesis enteras por denuncias de abusos sexuales. Dice que no sabe cuándo dinero en reparaciones han generado sus demandas, aunque en 2002 calculó fue fueron unos 60 millones de dólares.

'No lo hacemos por el dinero', aseguró Anderson. El abogado, quien se describe como un 'ex ateo' que descubrió la fe en Dios al recuperarse de un alcoholismo, dice que siente una profunda solidaridad con las víctimas de abusos.

Anderson cuenta que una hija suya, ya adulta, le reveló que cuando tenía ocho años fue molestada por un sicólogo que veía para poder lidiar con el divorcio de sus padres. El terapeuta, indicó Anderson, era un ex sacerdote católico.

Anderson sostiene que el Vaticano debe responder por haber encubierto tantos abusos. 'Llegué a la conclusión de que estos problemas son endémicos de la cultura eclesiástica y que todos los problemas que había en Estados Unidos conducían a Roma', manifestó.

Los documentos del caso de Wisconsin, ventilado en Milwaukee, vinculan a Benedicto, quien encabezó la Congregación para la Doctrina de la Fe, con la decisión a mediados de la década de 1990 de no expulsar de la iglesia al reverendo Lawrence Murphy a pesar de que había denuncias de que había molestado a unos 200 niños sordos entre 1950 y 1975.

El Vaticano justificó esa decisión diciendo que recibió el caso recién en 1996, dos años después de la muerte de Murphy. Funcionarios de la iglesia afirman que Murphy le había enviado a Ratzinger una carta en la que expresaba su arrepentimiento y que el caso había prescrito. Sostienen que el escándalo en torno al caso no tiene méritos y es alentado por gente que quiere hacer quedar mal al Papa.

La demanda de Milwaukee no menciona al Pontífice ni a ningún jerarca del Vaticano entre los acusados, pero Anderson espera usarla para darle ímpetu a otro proceso separado iniciado hace ocho años en Oregón.

En ese caso, una persona no identificada aduce que, siendo adolescente, el reverendo Andrew Ronan, de la iglesia San Alberto, de Portland, abusó de él, en 1965 y 1966. Según los documentos presentados en el proceso, Ronan fue acusado de abusar de menores a mediados del 50 en la arquidiósesis de Armagh, Irlanda. Fue transferido a Chicago, donde admitió haber abusado de tres chicos en la escuela secundaria St. Philip's High School, y posteriormente fue enviado a Oregón. La iglesia lo expulsó en 1966. Falleció en 1982.

La demanda señala que el Vaticano tenía que aprobar los traslados internacionales. El Vaticano aduce que está protegido por una Ley de Inmunidad de Naciones Soberanas, que prohíbe demandas contra otros países. La justicia estadounidense todavía no ha dicho si acepta el caso o no.

Anderson dijo que su equipo usará los documentos de la demanda de Milwaukee para demostrar que el Vaticano estuvo involucrado en las decisiones sobre cómo lidiar con los sacerdotes acusados de abusos.

Los entendidos dudan que Anderson logre penetrar las protecciones del Vaticano como nación soberana. El propio Anderson sabe que costará convencer a los jueces de que acepten considerar documentos de otro proceso. Pero dice que siente que se está 'más cerca que nunca' de poner al Vaticano en el banquillo de los acusados.

John Pilmaier de Milwaukee, izquierda, y Peter Isely de la Rede de Sobrevivientes de Abusados por Sacerdotes, SNAP, muestran una fotografía del papa Benedicto XVI y del cardenal Tarcisio Bertone durante una conferencia de prensa frente al Vaticano el jueves 25 de marzo del 2010. Miembros de SNAP denunciaron el modo en que el entonces cardenal Joseph Ratzinger_hoy pontífice_ manejó el caso de un sacerdote acusado de vejar a unos 200 niños sordoe (AP Foto/Pier Paolo Cito)
John Pilmaier de Milwaukee, izquierda, y Peter Isely de la Rede de Sobrevivientes de Abusados por Sacerdotes, SNAP, muestran una fotografía del papa Benedicto XVI y del cardenal Tarcisio Bertone durante una conferencia de prensa frente al Vaticano el jueves 25 de marzo del 2010. Miembros de SNAP denunciaron el modo en que el entonces cardenal Joseph Ratzinger_hoy pontífice_ manejó el caso de un sacerdote acusado de vejar a unos 200 niños sordoe (AP Foto/Pier Paolo Cito)

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