Teherán, febrero 28. El líder supremo de Irán acusó el domingo a Estados Unidos y a Gran Bretaña de estar detrás de la acusación de la agencia nuclear de la ONU de que Teherán pudiera estar produciendo armas nucleares, pese a sus desmentidos reiterados.
Los comentarios del ayatola Alí Jamenei, transmitidos por la televisión estatal, se producen 10 días después de que la Agencia Internacional de Energía Atómica dijera que temía que Irán pudiera estar trabajando en la producción de armas nucleares, haciendo eco de preocupaciones expresadas por Estados Unidos y varios de sus aliados. 'Algunos reportes y acciones de la AIEA muestran que esa agencia internacional carece de independencia', dijo Jamenei.
'La AIEA no debería ser influida por Estados Unidos y algunos otros países, porque los actos unilaterales minan la confianza en la agencia y en la ONU. Es además muy malo para el prestigio de esos organismos internacionales', agregó.
El tono del reporte de la AIEA —primero escrito por Yukiya Amano, que se convirtió en nuevo director de la agencia en diciembre— pareció más directamente crítico de la negativa de Irán a cooperar con la entidad que los pronunciados por su predecesor, Mohamed ElBaradei.
La AIEA se reúne en los próximos días para analizar el rechazo de Irán a las demandas internacionales de suspender su enriquecimiento de uranio, un proceso clave hacia la producción de armamento atómico, aunque el uranio enriquecido puede ser empleado también para generar electricidad.
De acuerdo con la televisión estatal, Jamenei negó nuevamente que Irán esté tratando de producir armas nucleares e insistió en que el programa nuclear de Teherán solamente busca generar electricidad.
'Irán ha declarado desde el inicio que está tratando de obtener el conocimiento y la capacidad científica y tecnología en el área nuclear para satisfacer sus requerimientos pacíficos, incluyendo electricidad', dijo Jamenei.
La supuesta búsqueda iraquí de insumos para producir armas atómicas fue una de las mentiras que salieron a la luz durante el segundo gobierno de George W. Bush, cuya administración utilizó la tesis de esa amenaza para derrocar al régimen de Sadam Husein, en marzo de 2003. Con el tiempo se supo que el gobierno, a pesar de que sabía que no había armas de destruccion masiva, siguió argumentando eso en público para justificar la invasión.