La institución estadounidense encargada de controlar el tráfico de armas de fuego, anunció este jueves que iniciará labores en El Salvador, para ayudar a la modernización de las entidades homólogas en los países de Centroamérica.
La Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés), abrirá su sede regional en El Salvador, y estará coordinada por el agente especial Mark D. Jones.
Jones aseguró que se trata de una dependencia conformada por seis expertos y que ya ha tenido contacto con algunos funcionarios salvadoreños, como el subdirector de investigaciones de la PNC, Howard Coto. La ATF asesorará al nuevo departamento policial que se especializará en el control de armas de fuego y que estará adscrito a la División de Investigación Criminal (DIC)
Durante este año, la ATF realizará además un diagnóstico de los procedimientos y de los mecanismos con que las instituciones locales investigan lo relacionado con el tráfico y uso de armas de fuego y explosivos. Dependiendo de las necesidades que los expertos estadounidenses detecten en ese diagnóstico, la ATF creará algunos cursos de entrenamiento para agentes y fiscales salvadoreños.
Por lo pronto, esta oficina pone a disposición de la PNC un sistema llamado e-trace, que, según explicó Jones, es una herramienta para rastrear armas de fuego utilizando el internet.
La ATF es una dependencia que cuenta con un presupuesto anual de casi mil millones de dólares y tiene alrededor de 5 mil empleados.
En El Salvador, las últimas cifras que dio a conocer el gobierno -hace unos cinco años- revelaban que había casi medio millón de armas de fuego en manos de particulares, y casi la mitad de ellas no estaban registradas.
Las armas de fuego están involucradas en casi el 80% de los homicidios que se cometen en El Salvador, y en las últimas semanas, la Policía Nacional Civil ha atribuido a pandillas la detonación de varias granadas de mano que han provocado la muerte de varias personas en San Salvador y en el interior del país.
