El lunes 4 de enero empezó el proceso de destitución de cuatro ejecutivos del gobierno, quienes alegan que nunca les explicaron los motivos. El presidente Mauricio Funes aseguró este martes que los miembroso del gabinete cesados faltaron a la confianza y a la lealtad, y esas fueron razones para despedirlos.
Se trata de las destituciones de Francisco José Gómez en la presidencia de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA), la del superintendente de Electricidad y Telecomunicaciones, Tomás Campos Villafuerte; la de Juan Pablo Durán, presidente de la Lotería Nacional de Beneficencia, y la de Carla Albanés, presidenta del Instituto Salvadoreño de Transformación Agraria (ISTA), todas ocurridas el lunes 4 de enero.
Una semana después, en el primer acto público de 2010 en el que el presidente da declaraciones, Funes explicó que los cuatro funcionarios, cuando se les nombró, eran de confianza. “Los consideré idóneos para el desempeño de sus funciones, pero en el transcurso de estos meses faltaron a la idoneidad y faltaron a la confianza y a la lealtad al presidente de la República; esas son las razones que me llevaron, para una vez recibir su solicitud de disposición de cargo, con efecto de renuncia, el aceptarles su renuncia”, dijo.
Después de la explicación, Funes dejó entrever que habrá más destituciones en el futuro: “Son los primeros, no los últimos. El presidente de la República tiene la facultad constitucional de nombrar a funcionarios, como también de pedirles que pongan a disposición sus cargos, para poder luego de una evaluación decidir si continúan o no continúan en la administración pública.”
Aunque el funcionario no ahondó en los hechos que llevaron a dudar de la falta de idoneidad y confianza y lealtad de los destituidos, existen algunas versiones de miembros del gabinete que dicen saber razones. El ex presidente de ANDA había anunciado en diciembre del año pasado su plan de ajuste tarifario que incluía algunas medidas que no fueron del agrado de Funes, como por ejemplo el cargo por incumplimiento de pago, que era superior al precio del servicio. A eso se agrega que Goméz desafió la autoridad de Funes en diferentes oportunidades, aunque las fuentes se reservaron los detalles de esas diferencias.
Sobre la presidenta del ISTA, a finales de diciembre dos miembros del gabinete aseguraron a El Faro que dudaban de la permanencia en el cargo de la Carla Albanés. Miembros del partido FMLN, al que ella pertenece, creen que fue destituida por una invitación a la prensa girada por la oficina de comunicaciones del ISTA, para atestiguar un acto de entrega de tierras mientras el presidente estaba en Portugal, en la Cumbre Iberoamericana. Estas fuentes aseguran que este tipo de ceremonias siempre las encabezaba Funes. Sin embargo, dicen, lo que más irritó al mandatario, era el encabezado de la invitación del 30 de noviembre: “El gobierno del vicepresidente, profesor Salvador Sánchez Cerén, a través de la presidenta del ISTA, Carla Mabel Albanés...”
Al final, a ese acto no asistió el vicepresidente, pero el daño ya estaba hecho. Una semana después, la encargada de comunicaciones del ISTA, ya había sido despedida. Fue hasta finales de año cuando llegó la destitución de Albanés.
Sobre el despido del presidente de la Lotería Nacional de Beneficencia, Juan Pablo Durán, este dijo a El Faro que cree que las razones de su destitución pudieron ser dos: hacer competencia en contra de Héctor Dada por la dirección del partido y las influencias y sugerencias del círculo cercano al presdiente, a las que llamó “argollas”. Un funcionario de Casa Presidencial, que habló con El Faro bajo la condición del anonimato porque no estaba autorizado para dar declaraciones sobre el despido de Durán, apuntó en otra dirección. Explicó que hubo una investigación interna sobre las acusaciones de acoso sexual que habían contra el ex funcionario. “Eso fue muy pólemico, y aunque no se judicializó, comprobamos que su personalidad era polémica y machista”, dijo.
El cuarto funcionario destituido fue el superintendente de Electricidad y Telecomunicaciones, Tomás Campos Villafuerte, quien a un círculo de amigos ha mencionado que su destitución no tuvo nada que ver con su simpatía con el FMLN ni con razones técnicas. “Hay intereses que afectan a un grupo de personas muy importantes que están muy cerca del presidente e influyen en sus decisiones. Hay dos niveles: está un señor que financió su campaña y otros tres que son sus amigos”, dijo un cercano al ex superintendente para explicar por qué cree que lo destituyeron. Esta persona asegura que Villafuerte afectó intereses del presidente de la Comisión Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), Nicolás Salume (hijo del principal financista de campaña de presidente) y de los hermanos Cáceres (ministro de Hacienda, Carlos Cáceres; secretario privado, Francisco Cáceres, y Gerardo Cáceres, amigo de Funes). La fuente no detalló qué tipo de intereses.
A eso se agrega una serie de enfrentamientos con Salume hijo por los planes de construir las presas El Chaparral y El Cimarrón. La primera ya está en construcción y la segunda solo es un proyecto. Sobre esta última, Villafuerte criticaba el costo del proyecto, que casi se ha triplicado en la última década.
A propósito de El Cimarrón, el presidente confirmó lo que el ministro de Ambiente, Herman Rosa, ya había adelantado hace dos meses: está en suspenso. Funes adujo que el diseño de la presa tiene implicaciones ambientales y sociales negativas, por lo que ha pedido que se rediseñe el proyecto: “Solo a partir de ese rediseño, el Ejecutivo decidirá si se retoma o no el proyecto… lo demás es pura especulación.'
