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'Sánchez Cerén no hubiera pasado de soldado'

Ahora bromea, pero cuando firmó los Acuerdos de Paz, hace 18 años, pensaba que era algo temerario, pues temía que algo saliera mal. Cuando dice que solo tiene dos manos derechas es porque durante la guerra recibió una herida que le limitó la movilidad en su brazo derecho. A sus 65 años, este general perteneciente a la famosa promoción de la Escuela Militar conocida como 'La Tandona', se dedica a administrar un negocio. Detrás quedaron los días cuando negociaba la paz y cuando negociaba el seguimiento a Chapultepec, como enlace entre gobierno y Naciones Unidas. Y no obstante el paso del tiempo, su verbo a menudo prosaico también se vuelve traslúcido cuando se refiere a sus ex enemigos. 'Sánchez Cerén no hubiera pasado de soldado', dice sobre el vicepresidente de la República... o como cuando lo describe como 'un simple y vulgar parroquiano'.

Mauricio Ernesto Vargas habla de los momentos críticos de la negociación y de lo más reciente. Como la petición de perdón del presidente Funes por los abusos durante la guerra y como la necesidad de verdad que tiene este país. Solo que, para él, verdad implica conocer lo que sucedió, pero sin nombres. Y sobre los años de la negociación de la paz recuerda cuando llegó un fax del gobierno proponiendo que se discutiera si se quitaba el carácter permanente que la Constitución da a la Fuerza Armada. '¡Puta, y quién ha hecho esto?', recuerda haber reaccionado.

Ahora, este militar retirado vende carne a restaurantes y tiene tres hijos, el menor de 21 años. Durante la Plática bebe dos coca cola zeros con hielo y no regatea un cigarrillo. 'Regalame un cigarro, ya que estás regalando vicio, vos', le pide a Mauro. Llega a la cita 30 minutos antes de la hora pactada y aclara, de entrada, que se le puede preguntar de todo. De todo.


Domingo, 24 de enero de 2010
Ricardo Vaquerano, Daniel Valencia y Diego Murcia

 


¿A usted lo expulsaron del Liceo Salvadoreño?
Tanto como expulsarme no, pero ya no me recibieron.

Ja, ja, ja...
Me dijeron: “Mirá, te damos un certificado, una nota de excelente y buenísima conducta de referencia, pero ya andate a otro lado que ya mucho jodés aquí'.

Se graduó del Santa Cecilia y luego se fue a la Escuela Militar.
Así es. Cuatro años. Ingresé en 1963 y me gradué en 1966. Soy de La Tandona.

¿Por qué se le llamó La Tandona?
Primero porque en ese tiempo las promociones más grandes eran de 9 o de 10 graduandos y nosotros nos graduamos 46. Y eso fue porque del 61 para atrás se ingresaba de plan básico, entonces cambiaron de plan básico a bachillerato y entonces se dejó un año de no ingreso y luego, en el 63, entró el doble... prácticamente una doble graduación y por eso se le llamó La Tandona. Pero en el conflicto se graduaban 100 o 150 y no dicen nada. La Tandona tiene su carisma.

¿Cuál es ese carisma?
Los ejércitos se entrenan el 90% de su vida y combaten el 10% y a La Tandona le tocó entrenar el 10% y combatir el 90%. Recién graduados combatimos la guerra con Honduras, luego se echó 12 años del conflicto y, en cambio, ha habido gente que ha nacido, se ha retirado y se ha muerto y nunca ha participado en un conflicto.

Les dicen militares de botas virgas...
Sí, se pudiese decir que sí... ¿Por qué se les dice así? Porque son aquellos que las han andado siempre bien brillosas y nunca se les han empañado.

  Nunca fueron al campo.
Sí, o iban al campo solo al entrenamiento normal de la preparación militar, pero nunca combatieron. Nosotros hemos tenido... aquí hay como una estigmatización, porque como generación de mando, como promoción, nos tocó combatir al FMLN. Era un conflicto político-ideológico, había que tratar de disminuir la capacidad, la credibilidad del contrario, de manera de hacerlo a un lado, volverlo un estorbo. Pero eso no quiere decir tampoco que éramos unos angelitos todos, tampoco se trata de eso.

¿Quiénes eran los más diablitos?
Yo estoy entre ellos. Yo no era una persona muy... yo era muy inquieto.

¿Y qué significaba en la guerra eso de ser inquieto?
Que había muy imprudentes, muy aventados... hay una serie de cosas que no...

Usted estuvo destacado en oriente.
Yo me eché los 12 años del conflicto armado en el oriente y toda la carrera profesional la hice en oriente. En 1966 yo salí para el 3er. Regimiento de Infantería, que era el cuartel de San Miguel. Entonces yo era un tanto inquieto en una serie de cosas y he sido, si no rebelde, muy frontal en lo que yo pienso y en lo que yo siento. No es imponer mi razón, sino defender mi manera de pensar. Si me convencés, acepto y modifico, si no me convencés, pues vos te vas con la tuya y yo me quedo con la mía.

Cuando usted dice que había en La Tandona algunos no tan angelitos, entre ellos usted, ¿eso tiene que ver algo con derechos humanos?
Mirá, el asunto de la visión de derechos humanos... yo estuve 32 años en la Fuerza Armada... en la Fuerzas Armada hay un código de ética y de comportamiento, que es una visión institucional. Eso no quiere decir... yo lo veo como en los criterios del uso de la fuerza y del abuso de la fuerza en un momento determinado. Pero que nosotros hayamos tenido una visión de tierra arrasada... yo creo que han visto una película o han leído algunos criterios, porque yo en mis 32 años, te lo garantizo, nunca recibí una instrucción o una orden de tierra arrasada.

Pero que hubo matanzas de civiles está claro, ¿no?
La matanza puede estar presente. El asunto es cómo sucedió y por qué sucedió, porque yo combatí contra el FMLN, en el oriente del país, yo fui comandante de un batallón de reacción inmediata y tú entrabas a un caserío, un cantón, y de repente, de una casa, te comenzaban a disparar. La misma adrenalina que tú tenés hace que tú respondas por el mismo instinto de conservación.

En El Mozote fueron tres días en el caserío...
T
res días... ¿por qué tres días? Por eso te digo que hay que investigar bien. Para entrar a El Mozote sólo tenés un punto, tenés que entrar por un cuello de botella y un solo francotirador te puede detener. Ahí hay varias versiones, no te puedo decir cuál es la correcta porque yo no estuve ahí.

¿Y mató a alguién en la guerra?
Tiene que haber muerto alguien. No creo que 12 años de conflicto y no haya muerto alguien.

¿Y hubo un caso en el que usted haya dicho: sí, maté a ese que estaba ahí?
Lo único que me acuerdo fue cuando en Cutumay Camones, en Santa Ana, en enero del 81, cuando la ofensiva final. Yo era el comandante del batallón y entramos al cerro Peñas Blancas, ahí prácticamente hubo un combate de encuentro... Nos encontramos y yo solo sentí aquí (se toca el hombro derecho) como que me había picado una avispa, un dolor súper agudo, vi al francotirador que estaba en el palo, entonces disparé y él sí cayó, pero yo había perdido mi brazo, mi brazo derecho no es normal del todo.

¿Perdió movilidad?
Sí, total. Pasé más de un año o dos que tenía que agarrarme la mano así y andarla cabestrillo. Yo no me dejé operar y aquí estoy.

Si no se alivia, le hubiera tocado firmar con la izquierda los Acuerdos de Paz.
Yo solo tengo dos manos derechas.

Ja, ja, ja.
Así es, ja, ja, ja, no hay problema.

¿Esa fue la única herida?
No, hubo tres veces más.

¿Cuatro veces entonces?
Sí. Una parte de la pierna, aquí tengo una, es esta que está aquí (indica la pantorrilla derecha), tengo otras aquí (y se señala diversas partes del cuerpo).

¿Y esas de cuándo son?
Fueron del 84 al 86, cuando yo era el comandante de Morazán.

Y cuando lo de Peñas Blancas, usted era compañero de Mena Sandoval, en Santa Ana.
Compañeros no, estábamos en el mismo cuartel, que es distinto.

¿Qué grado tenía?
Yo era mayor y él era capitán. Yo era comandante del batallón con él.

¿En algún momento llegó a sospechar que él estaba confabulado con la guerrilla?
Siempre se tuvo... Él desde la Escuela Militar tuvo problemas... al muchacho lo botaron de la Escuela Militar precisamente se decía que por ese tipo de problemas.

¿Ese tipo de problemas?
Él le hace una huelga de hambre a Julio Rivera ahí por el Palacio Nacional y en base a eso lo reincorporan.

Indisciplina.
Él tenía algunos indicadores de que algo no era... Sus expresiones, sus pensamientos, las valoraciones de algunas cosas eran de un pensamiento, llamémosle liberal, si querés verlo de esa manera, para no ser ofensivo con las personas.

¿Usted lee El Faro?
Cómo no.

Ja, ja, ja... Es que usted le dijo a alguien que El Faro es un periódico bastante liberal.
Ja, ja, ja, ja, sí, es bastante liberal. Excesivamente liberal... ja, ja, ja.

Ja, ja, ja... ¿inútilmente liberal?
No necesariamente.

¿Por qué lo lee?
Por que usted tiene que alimentarse de todo. Usted no es dueño de la razón, usted tiene que sopesar y de lo que encuentre de un lado y de otro, si usted cree realmente que hay algo que tenga interés, hay que investigar hasta dónde la profundidad de eso es correcta. No porque La Prensa Gráfica o El Diario de Hoy... usted encuentra dos noticias y las dos pueden estar en dos direcciones diferentes. Entonces usted tiene que investigar realmente cuál es la fuente...

Y entonces, para buscar la verdad, se va a El Faro.
No necesariamente. Entonces con Mena estuvimos ahí. Precisamente fue la guerrilla... no se da en el sector del oriente del país precisamente porque en Cutumay Camones se desarticula toda la comandancia del frente occidental Feliciano Ama.

Ese fue el fin de la incipiente guerrilla en Occidente...
Ahí hubo aproximadamente como 117 personas que fallecieron y Joaquín Villalobos escribió un libro, estando en Honduras, que se llamaba 'Los héroes de Cutumay Camones' y ahí narra él cómo prácticamente ahí se fue todo. Había unos ingenieros de aquel cemento Maya, del Hospital Médico, una cantidad de personas que había ahí y ya no lograron restablecerlo. El compañero preguntaba ahí sobre los derechos humanos. El problema es que la guerra irregular no es igual que una guerra clásica y lo que se trata de evitar son los daños colaterales. Sin embargo dicen el ejército y los cuerpos de seguridad represivos y comienzan, ¡puta!, como que es una lora con aquel caste en la cabeza. Entonces, claro, eso se comenzó a decir tantas veces que se hizo verdad.

¿Era mentira que actuar así era casi una política de Estado, independientemente de si se llamaba Fuerza Armada, Policía Nacional o Policía de Hacienda, mientras el control del aparato estatal era del ejército?
No, el aparato estatal no era del ejército. Había un militar en el poder, que gerenciaba un proyecto a los poderes económicos, políticos y sociales de ese momento, que es distinto. Aquí se habla de las dictaduras militares, si tipificamos cuales son las características de una dictadura...

¿Tenía razón Orlando de Sola cuando en una entrevista con El Faro decía que al final los militares lo que hacían era gerenciar el proyecto de los grandes pistudos de El Salvador?
Pero es que eso es correcto.

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