El Ágora /

“¡Ese tema está cerrado!”

En este primer gobierno de izquierda una mujer inauguró el nuevo Viceministerio de Ciencia y Tecnología. En el ámbito científico, esta doctora en química de la Universidad Estatal de Moscú 'Mijaíl Lomonosov' es conocida por un sinfín de investigaciones, inventos y galardones, tanto en El Salvador como en Rusia, Cuba y México. En el ámbito más popular, su apellido lo dice todo y ese es el referente y ella lo sabe y lo acepta.


Domingo, 20 de diciembre de 2009
Daniel Valencia, Diego Murcia y Mauro Arias / Fotos: Mauro Arias

Herlinda Handal. Foto Mauro Arias
Herlinda Handal. Foto Mauro Arias

Erlinda Hándal tuvo en los últimos años un lugar destacado en la Universidad de El Salvador, donde fue docente y directora ejecutiva de investigaciones científicas. Llevar colgado el apellido Hándal de su padre Schafik es un gran reto, dice. En esta plática, la viceministra se niega a hablar de su edad, protesta por la carga política de la entrevista y reclama por lo que considera una falla en la conversación: no conversar suficiente de ciencia. 'Yo soy más científica que política'. Quizás por eso protesta golpeando la mesa cuando se le insiste en que diga cómo entiende la relación entre el presidente, Mauricio Funes, y el vicepresidente Salvador Sánchez Cerén. Funes la nombró en el cargo y ahora trabaja bajo la sombrilla directa de Sánchez Cerén. '¡Ese tema está cerrado!', subraya, cuando vuelve a escuchar una pregunta en la que sale el nombre del ministro. Y cuando finalmente pierde la paciencia, toma sus cosas y se prepara para retirarse, dando por terminada la reunión. Ya de salida, ríe mientras niega ser una persona que haga honor a las rabietas que dieron fama a su padre.

Desconfiada con los periodistas -tal cual lo era su padre-, cree que a los comunicadores les mandan hacer preguntas para hacer creer a la gente cosas que no necesariamente tienen que ver con la realidad. Su mundo, insiste, es la ciencia, y el cargo público que ahora tiene la obliga a diseñar la Política nacional de conectividad, comunicación y manejo de tecnología educativa. En medio de su exasperación por la que considera una entrevista 'sesgada', hace notar su visión sobre la tarea que tiene en sus manos: 'Tenemos que provocar el futuro desarrollo del país. En pocas palabras, tienen que existir tanto la investigación por curiosidad como la investigación por necesidad.

¿Cómo la trata la burocracia del Estado?
¿La burocracia? Sí. El Estado es muy burocrático y es uno de los reclamos que yo he hecho durante muchos años, en los que me ha tocado desempeñarme en el sector público; en la Universidad de El Salvador, en la que trabajé durante 15 años, y ahora en el Ministerio de Educación.

Sí.
Siempre mi reclamo ha sido eso: la hechura de la administración, de que las disposiciones administrativas no acompañan a las misiones que tiene que realizar las instituciones. Siempre es el gran tropiezo. Llega a pensar en la manera poco ágil de hacer las cosas como si no hubiese personas capaces o las competencias adecuadas. La mayoría de cosas en el sector público las entorpece la administración. Pero no son las personas que ejercen los puestos en la administración, sino más bien el enrejado de reglamentos y disposiciones para ejecutar las diferentes actividades y gestiones que debe hacer la administración pública. Ese conjunto de disposiciones entorpecen unas a otras y hacen que la administración pública sea torpe.

¿Será eso? Uno ve al Estado y dice: qué montón de gente trabaja ahí y como que no hicieran nada.
No, nada que ver. Por ejemplo, en la Universidad de El Salvador, los últimos en salir a vacaciones siempre fueron los del sector administrativo. Y los primeros al entrar después de vacaciones siempre fueron los administrativos, porque el trabajo es mucho. Pero es mucho y no se ve la eficiencia por ese montón de reglas, que no es que estén malas, porque hay que garantizar la trazabilidad de la gestión, no debe haber cajitas negras o pasos oscuros, pero esa trazabilidad puede hacerse de manera más limpia y transparente.

Mientras más trámites se fomenta más corrupción, dicen.
Sí, pero creo que ahí las ciencias económicas tienen un reto. Ir al diseño, la investigación de nuevas formas administrativas. Deberían de tomar ese reto.

¿El problema administrativo lo vio en la Universidad y lo ve ahora en el Ministerio?
Fíjese que no. En el Ministerio hay menos burocracia. Siempre hay, pero comparativamente hay menos. Y como le digo, no es que la gente no haga nada, siempre los veo ocupados.

¿Alguien con su perfil cómo se enfrentó a tanta huelga y a tanto encapuchado en la Universidad?
Pues la verdad…

Imagino que le daba rabia.
No es rabia. En la mayoría de casos uno entiende por qué las personas toman esas posiciones. Debería haber mecanismos para que esas inquietudes se canalizaran. Pero no es ese tipo de rabia: estos me vienen a entorpecer. Es otra la manera de pensar las cosas.

Uno ve que se toman el campus y afectan al resto de la población universitaria.
Pero fíjese que por lo general el resto está de acuerdo, ja, ja.

¿De verdad? ¿Están de acuerdo o no se pronuncian?
No vamos a hablar de la Universidad de El Salvador, ¿no?, porque ese sería un tema bastante largo y yo creo que habría que abordarlo desde diferentes puntos de vista, no únicamente desde este perfil. Además, tiene que tener en cuenta de que en la Universidad, a diferencia de otras, hay un ejercicio verdaderamente democrático.

¿De verdad?
Sí. Ahí usted se puede pronunciar a favor, en contra. Puede entablarse una discusión abierta. No es como un colegio, ¿no? Y las personas aprenden a tomar posiciones ante determinadas situaciones. O sea, es bueno el ejercicio, ¿no? Creo que a veces se les va un poquito la mano, pero el ejercicio, como tal, es bueno.

Lo del BID, ¿cómo le pareció?
Mire, en realidad el BID es una institución que existe porque los demás necesitamos de ella. O sea, porque nosotros, los que necesitamos, existimos. Si no existiéramos, yo creo que el BID no existiría. En ese sentido, el BID necesita ir al encuentro de esas necesidades y es lo que uno debe aprovechar. En el buen sentido de la palabra. O sea, saber que uno debe saber pedir, debe saber exigir. Entonces, ese es el arte de la negociación, pero siempre pensar que el que está pidiendo se ayude solo. Y no es una ayuda gratis, es una ayuda que se paga. Por lo tanto...

¿Usted creía que se iba a privatizar la Universidad?
La Universidad nunca estuvo por privatizarse. Nunca. Nunca. No. Pero, como le digo, ese es el tema de una discusión un poco más grande, más profunda.

Que no quiere tocar...
No, porque usted me puede hacer un par de preguntas... la respuesta puede no ser lo suficientemente extensa y puede dar otra idea de cómo fueron las cosas, y las opiniones y todo lo que tuvo lugar durante ese tiempo. Entonces, este... si usted quiere conversar de eso, hacemos otra cita...

¿Para dónde cree que va la Universidad de El Salvador? ¿Va por buen rumbo o iba por mejor rumbo?
La Universidad de El Salvador siempre va para adelante con pasos más chiquitos, más grandes, más rápidos, uno detrás de otro, pero siempre va para adelante. Siempre se van haciendo cosas. Además, no es solamente un grupo de personas el que decide, es todo un colectivo. Puede ser que las cosas, en unos periodos, se hagan más lentas y en otros, más rápidas. Pero, siempre, la Universidad camina para adelante.

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